Concurso para Centro de Salud de Arrayanes.
Linares ocupa un enclave sobre una meseta que se asoma por el este al valle del Guadalquivir, y esta situación geográfica provoca que el natural crecimiento de la ciudad sea hacia el interior de la meseta. En las últimas décadas y como consecuencia de la necesidad de alojamiento colectivo, han surgido en su periferia barrios de vivienda social protegida con tipologías abiertas y ajenas a estas ciudades andaluzas de tipo medio.
En esta situación de borde se encuentra el barrio de los Arrayanes, con una tipología residencial de bloque en H y numerosos espacios intersticiales muy degradados e incluso rozando la marginalidad. La parcela propuesta para la construcción del nuevo Centro de Salud es exenta y conserva el trazado de un jardín abandonado en el límite de esta zona de transición entre la entrada a la ciudad desde la Autopista A-4 por la carretera “de las minas”, configurada por edificaciones adosadas de 1 y 2 plantas, y el nuevo barrio con bloques de 4 o 5 plantas. El carácter insular de la parcela la convierte en un lugar descontextualizado en su entorno inmediato, pero óptimo para un edificio singular de gran importancia para la vida cotidiana.
La topografía del lugar es sensiblemente plana y horizontal, con algunos equipamientos comunitarios en el entorno. El acceso principal al Centro de Salud será desde la calle-carretera llamada “de las minas”, que reconfigura como límite, y el de vehículos desde la calle lateral.
En un entorno con pocas referencias externas, el edificio se proyecta como un elemento autónomo que se enroca sobre sí, ofreciendo una atractiva piel exterior continua, regular y semitransparente, mientras que una segunda piel la acompaña a tramos y, al separarse, consigue espacios interiores recatados pero visibles desde el exterior a través del muro-celosía.
Al centro de Salud se accede desde un espacio delantero en el cual el acerado toma gran dimensión, facilitando el acceso al centro y cruzando la celosía que recorre el perímetro rectangular cerrado que podríamos llamar edificio. Desde este espacio, dentro de los límites pero todavía exterior, se accede al vestíbulo.
Se construyen dos plantas y un sótano iluminado por los patios que llegan hasta él, y en las de atención al público presentan dos zonas claramente diferenciadas y unidas por el vestíbulo que les hace de charnela: los usos asistenciales de mayor superficie en el sentido de la mayor dimensión a la izquierda del acceso, y los generales ocupando el fondo del vestíbulo.